

Aprendizaje personal o Personal learning, dos palabras que me quedaron retumbando, palabras sacadas en el contexto de una entrevista realizada hace más de 25 años a Isaac Asimov, un escritor de ciencia ficción, que lejos de ficción era un futurólogo.
Estoy cansado de las teorías, y también de los términos, así como de las metodologías innovadoras que nos prometen llegar a ser los emprendedores del año, con la alcabala, por supuesto, del pago de una membresía, para escuchar o ser apoyado por el coach bendecido de la red social de turno.
Pero entre tanto ruido, en el que no me animo a gritar más, ni con la ventaja de poder hacerlo a punta de SPAM. Quiero compartir con ustedes mi proceso de aprendizaje personal gracias a los nuevos medios, en una sola palabra: Internet, y en dos palabras: inteligencia colectiva.
De la interacción social, aprendí a conversar, a convertir el chorro de ideas, pensamientos y sensaciones en palabras. También aprendí a mover emociones con estas palabras. A tocar corazones, mover voluntades. Sacar cosas de adentro, mías y ajenas. A experimentar, desde el chat, por allá en los años 90`s, cuando nos querían hacer sentir remordimiento por invertir horas a comunicarnos y no ser “productivos” y si, lo confieso. Fui improductivo a los ojos de terceros, pero fue la mejor inversión que comencé a hacer hace más de dos décadas.
Allí comenzó mi Personal Learning. Un encuentro con el otro, un aprendizaje con el otro. Antes, cuando la red era de hyper enlaces y no de buscadores inteligentes, y que las compañías y personas se anunciaban por directorios, era un deleite curiosear. Navegar era una experiencia única cada día. Tal vez no sabíamos que encontraríamos. Lo que si era cierto es que la serendipia era una chispa que encendía la hoguera, que al sol de hoy, se ha convertido en llama eterna.
Olfato, sentido común sensatez, quizás intuición, sean la brújula perfecta para dar con las personas indicadas que nos harán crecer como personas y profesionales. Paguemos por instrumentar el cambio real en nuestras vidas y carreras. Invirtamos calidad en la cantidad de horas que pasamos frente al computador. Este es el mejor legado y ejemplo que podemos dar a quienes nos rodean.
Yo no se, si estoy de acuerdo del todo en vender el conocimiento, me encanta encontrar las cosas, y enseñar para que otras las sepan hacer. Como asesor, profesor, consultor, o como quieran etiquetarme, prefiero que me paguen por enseñar a aprender, quiero que la gente aprenda a aprender. Y para mi ese es el principal elemento que tiene el Personal Learning, no he descubierto el agua tibia, no he inventado la rueda (ni tampoco el arroba) Pero con gusto empuño la bandera y llevo el testigo para que todos entendamos que el aprendizaje es continuo. Como el lema que uso para mis proyectos: El aprendizaje es una espiral hacia el infinito.
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Ayudo a personas y organizaciones a entender el mundo de hoy, a empoderarse y emprender desde el propósito de cada ser y conectarse con la Economía Digital. Les enseño a construir una #MarcaPersonal con propósito y gestionar estratégicamente la Transformación Digital a partir de las habilidades blandas (talento humano y cultura).
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[…] Adrian Pelaez, protagonista del ecosistema digital colombiano, nos cuenta sobre su propio aprendizaje personal y la serendipia que es la http://WWW. […]